Nuestros padres fueron escuchados.

De Erika Cruces, miembro del Grupo de Líderes Familiares en Acción de GO WCC (FLAG, por sus siglas en inglés)

Cuando me forme para hablar ante la Junta Estatal de Educación el 9 de mayo en Sacramento, una mujer en traje preguntó qué decía mi camiseta.  Se lo leí a ella, “GO West Contra Costa Parent Leader”. Cuando le dije que estaba aquí con otros padres y nuestros hijos, y que manejamos por más de una hora, sonrió y me mostró el pulgar hacia arriba, como símbolo de aprobación.

Mientras esperaba mi momento en el micrófono, pensé en todas las razones por las cuales tenía todo el derecho de estar en esa línea. Soy madre de dos niños: ambos asisten a Washington Elementary en Richmond, California. Vengo de una familia en México que estuvo muy involucrada en apoyar la educación local: mis tíos eran maestros, mi mamá era secretaria y mi padre era decano en la preparatoria.

Es una sensación increíble poder dirigirme a la Junta Escolar del Estado de California y hablar sobre las necesidades de los estudiantes que están aprendiendo inglés y sus familias, particularmente de la necesidad de una traducción adecuada del Tablero de Escuelas de California. Y al mismo tiempo, fue desalentador. Pues éramos los únicos padres presentes.

Como padres, tenemos que poder hacer nuestra propia investigación y aprendizaje, para ser poderosos e impactantes mientras estamos sentados a la mesa con aquellos que toman las decisiones. Para que eso suceda, debemos asegurarnos de que cada familia, sin importar su origen, idioma o ingresos, tenga acceso a información y recursos que los ayuden a comprender cómo apoyar a sus hijos a través de la escuela y la vida.

Cinco meses después, me llenó de alegría saber que el Tablero de Escuelas de California iba a ser rediseñado. Toda y cualquier información es muy útil. Estoy segura de que el Tablero tendrá un gran impacto para nuestras familias. Se sorprenderán al ver los datos y el rendimiento de algunas de nuestras escuelas. El conocimiento es poder y los datos son conocimiento, una vez que todos tengamos acceso a los datos, estaremos mejor preparados para abogar por el cambio.

Me escucharon. En el pasado, a menos que hablara un inglés perfecto, mi voz era ignorada. Al ver nuestros esfuerzos crear un cambio real para miles de estudiantes y familias, ahora sé que hablar mi lengua materna no era una barrera para el cambio. No es necesario hablar inglés perfectamente para hacer cambios. No es necesario ser un experto en el contenido. Ya no tenemos que temer abogar por las necesidades de nuestros estudiantes, nuestras familias y nuestras escuelas. Realmente podemos ser el cambio.

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